Si está buscando mudarse a otro país con incentivos fiscales favorables, Portugal puede ofrecerle grandes oportunidades. El gobierno portugués ofrece beneficios fiscales preferentes a los posibles nuevos residentes durante un periodo de diez años consecutivos. A diferencia de otros países, Portugal no tiene fama de paraíso fiscal. Por lo tanto, no suele atraer la atención de los administradores fiscales. Por lo tanto, quedarse y trabajar desde Portugal no te hace parecer como si estuvieras pensando en evadir impuestos.
¿Cuáles son estos beneficios?
Desde 2009, Portugal concede un estatus fiscal preferente a los nuevos residentes de determinadas categorías de empleo o categorías de ingresos donde no tienen que pagar más impuestos de los ingresos que provienen de fuera del territorio portugués. Este estatus fiscal se denomina residencia fiscal no habitual o régimen de residencia no habitual (RNH), y ha atraído a un buen número de nuevos residentes a vivir y trabajar desde Portugal.
Se trata de un régimen fiscal adecuado para personas altamente cualificadas, como artistas, médicos, dentistas ingenieros, informáticos, financieros, administradores, gestores, músicos, intérpretes, y otros que tienen mucho poder adquisitivo y desean reducir su carga fiscal.
Como resultado, estas personas no tendrán que mudarse a otro país, como por ejemplo una isla lejana para pagar menos impuestos. En cambio, podrán vivir en ciudades metropolitanas como Lisboa u Oporto y cotizar como si como si estuvieran en un paraíso fiscal.
¿Quién puede solicitar el régimen de residencia no habitual?
Este estatuto fiscal está destinado a determinadas personas, entre ellas las que tienen un elevado patrimonio neto, emprendedores tecnológicos de Internet, especialistas en tecnología, artistas, modelos, profesionales como médicos, abogados o arquitectos, entre otros.
Si pertenece a alguna de estas categorías y no ha pagado el impuesto sobre la renta en ninguno de los cinco años anteriores a pesar de poseer residencia fiscal, puede ser considerado como un sujeto pasivo con residencia no habitual en el territorio portugués. Puede adquirir la residencia fiscal si ha permanecido en el territorio portugués durante más de 183 días, ya sea de forma continua o acumulados. Esto también se aplica si solicita la condición de residente fiscal no habitual ante la Agencia Tributaria portuguesa hasta el 31 de marzo del año siguiente al que deba surtir efecto el estatuto de la condición de residente fiscal.
Hay que tener en cuenta que la obtención de esta condición no es automática, sino que requiere un examen y autorización previos por parte de las autoridades fiscales. El proceso de evaluación de cada solicitud y su concesión tarda una media de seis meses. Si ha permanecido durante un menos tiempo, tendrá que tener una casa en territorio portugués el 31 de diciembre de ese año en condiciones que le permitan asumir su deseo de mantenerla y ocuparla como vivienda principal.
A efectos del impuesto sobre la renta de las personas físicas, el sujeto debe ser considerado residente fiscal cada año.
Sin embargo, si no eligió contribuir como residente no habitual (o no fue considerado residente fiscal a efectos del IRPF) en uno o más años durante el periodo de aplicación del régimen de aplicación del régimen, puede seguir beneficiándose del régimen en cualquiera de los años restantes de ese siempre que vuelva a ser considerado residente fiscal a efectos del IRPF. a efectos del impuesto sobre la renta de las personas físicas.
¿Qué ventajas puede obtener si se le concede el estatuto de RNH?
Una vez que se le conceda el estatuto de residente fiscal no habitual, sus ingresos pasivos procedentes del extranjero como intereses, dividendos, ganancias de capital, planes de pensiones y pensiones, no serán gravados.
Para las operaciones de alto valor añadido realizadas desde Portugal, se beneficiará de un tipo impositivo especial del 15%. Sin embargo, en el caso de las rentas procedentes de Portugal, esta condición permitirá al titular de rentas de trabajo por cuenta ajena o por cuenta propia beneficiarse de un tipo reducido del impuesto sobre la renta del 20%, siempre que estos ingresos se deriven de la realización de actividades con alto valor añadido, tal como se define en la ley. Hay que tener en cuenta que, además del tipo especial del 20%, se podría imponer un recargo extraordinario del 3,5% en el IRPF sobre las rentas obtenidas.
Los residentes no habituales también estarán excluidos del pago de impuestos en Portugal si obtienen ingresos como empleados de una empresa con sede en otro país. Esto, por supuesto, depende de cualquier de cualquier acuerdo existente para eliminar la doble imposición entre Portugal y el país de la empresa. Esto también se aplica en los casos en que Portugal no haya firmado un convenio de doble imposición en dicho país, siempre que los ingresos no se obtengan en territorio portugués.
Los autónomos que obtengan ingresos de actividades consideradas de alto valor añadido, de científico, artístico o técnico, o de rentas de capital, inmobiliarias o patrimoniales, también estarán exentos de impuestos si el país en el que tributan tiene un acuerdo con Portugal para eliminar la doble imposición. Por el contrario, pueden estar sujetos a imposición en el otro país si Portugal no ha suscrito un convenio de doble imposición de acuerdo con las normas definidas en el modelo de acuerdo fiscal de la OCDE sobre la renta y el patrimonio, siempre que no sea un territorio sujeto a un régimen fiscal privilegiado, y los respectivos ingresos no se consideren obtenida en territorio portugués, según la definición del Código del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas.
Las personas con ingresos procedentes de pensiones también pueden ser consideradas residentes no habituales. Sus ingresos estarán sujetos a un impuesto a tanto alzado del 10% siempre que procedan de aportaciones y no hayan sido tratado como un impuesto deducible en Portugal.